Guía exclusiva – Misión Marte

lunes 17 mayo, 2021

From issue: Cross Country en Español 58 – Junio 2021

El paracaídas de Marte lo fabricó la misma compañía que fabrica la tela de nuestros paracaídas. Matt Warren reporta

El 18 de febrero de este año, mientras el mundo observaba y mantenía la respiración, un paracaídas se abrió a 11km de la superficie de Marte. Debajo del paracaídas colgaba el vehículo Perseverance cuya misión es explorar el planeta rojo en busca de señales de vida y cuando se abrió, se reveló un mensaje atrevido para la humanidad. Cifrado en binario en la tela de color “blanco natural” y “naranja internacional”, el mensaje significaba “Dare Mighty Things” (Atrévete a hacer cosas poderosas).

El paracaídas de 21,5m de diámetro, que ralentizó la caída de Perseverance de unos 1500km/h a apenas 320km/h, cuando se activaron los propulsores para desacelerar aún más, desempeñó un papel vital en una de las misiones espaciales más ambiciosas de la historia de la humanidad. 

Después de haber viajado 472 millones de kilómetros desde la Tierra, el paracaídas se diseñó para abrir en medio segundo y se sometió a cargas de 30.390kg (30.000 Newton) durante las pruebas de la NASA. El paracaídas tiene sus orígenes en el modesto pueblo inglés de Tiverton, Devon y compartirá su ADN con los paracaídas que podrían usar cada vez más los pilotos en la Tierra.

Atrévete

La historia empieza con John Heathcoat, inventor de la primea máquina para fabricar encajes que fundó Heathcoat Fabrics, la compañía detrás del paracaídas Perseverance. En 1816, mudó su operación a Tiverton luego de que una multitud armada, aparentemente empleada por la competencia, destruyera su maquinara ubicada originalmente en la ciudad de Loughborough.

Heathcoat trabajaba desde hace años con seda, la fibra natural más delgada y resistente, así que cuando la industria del paracaídas se expandió en la década de 1920, estaba listo para fabricar las telas necesarias. Posteriormente, Heathcoat adquirió su propia compañía de fabricación de paracaídas y empezó a hacer paracaídas para la Segunda Guerra Mundial y desempeñó un papel importante durante la campaña entre los Aliados.

El mercado de los paracaídas militares convencionales mermó en la década de 1960, por lo que Heathcoat pasó al lado más técnico de la industria y suministró telas para los asientos de eyección de aviones y posteriormente, misiones espaciales – en particular la misión Huygens a la luna Titán de Saturno en 2005. Si puedes diseñar tela de paracaídas que le permita a una sonda aterrizar en Titán, donde la temperatura baja a -180ºC y hay océanos de hidrocarburo líquido, pareciera que puedes hacer lo que sea.

‘Ligera y resistente’

Peter Hill, Director de Heathcoat Fabrics, fue una de las mentes detrás del paracaídas de Perseverance. “A principio de la década de 2000, notamos que el mercado espacial iba a aumentar y empezamos a desarrollar telas más ligeras de alta tecnología que soportaran las cargas del espacio – y que también fueran útiles para otros mercados como el paracaidismo y el parapente”, cuenta. 

“Existían otros productos ligeros, pero no eran tan robustos y tenían muy poca resistencia a los rayos UV y al desgaste por calor. Algo fundamental para la industria espacial es que tienen que realizar tratamientos térmicos a las telas para matar cualquier microbio antes de ir al espacio. De lo contrario, si descubrimos vida en Marte, podríamos haberla llevado nosotros”.

Para llevar sondas de forma segura a otros mundos, la próxima generación de telas tendrá que ser muy resistente y poder soportar los tratamientos térmicos. Heathcoat asumió el reto y lanzó telas superligeras en la feria de la Asociación de la Industria del Paracaidismo en EEUU en 2015.

“Soy de los que opina que uno debería conversar estas cosas con todo el mundo porque uno nunca sabe dónde estarán en diez años”, dice Peter. “Así que tres sujetos vinieron al stand y pensé que eran estudiantes de doctorado o paracaidistas. Conversamos e intercambiamos tarjetas de presentación – y resultó que trabajaban para la NASA. Fue una lección de por qué no se debe juzgar a nadie por su apariencia.

“Unos seis meses después, me llamaron de la NASA diciendo que habían conversado con todos en la industria y que éramos los indicados para diseñarles un producto exclusivamente para ellos. Y fue así que empezamos a trabajar en el proyecto de Marte en 2016”.

‘Una tela nueva’

La NASA sabía que quería un paracaídas con banda de separación por disco para Perseverance, un diseño que mejora la estabilidad porque permite que el aire se escape uniformemente y reduce la probabilidad de oscilaciones peligrosas. También lo fabricaría Airborne Systems North America, líder en paracaídas. Pero necesitaban la tela adecuada y es ahí donde entró Heathcoat.

Por último, si el paracaídas fallaba, toda la misión fallaba y resultaría en un choque multimillonario. Sirvió de freno vital y ralentizó la nave a una velocidad manejable para que los propulsores de la ‘grúa aérea’ se activaran para controlar el descenso final.

Por ser la atmósfera marciana menos densa que la terrestre, habría sido imposible que un paracaídas ralentizara lo suficiente una nave con la masa del Perseverance para aterrizar suave. Pero sin él, la nave habría seguido cayendo a velocidad meteórica y detrás de este proceso milimétrico había una capa delgada de tela Devon.

“Así que incluso antes de involucrarnos, la NASA ya sabía cómo debería ser el paracaídas”, dice Peter. “Ya habían establecido la talla y la porosidad. Pero no funcionó en las pruebas. Y una de las causas era la tela que estaban usando. No era lo suficientemente resistente y perdía 50% de su resistencia durante el proceso térmico para matar microorganismos. Además, lo probaban a un nivel nunca antes probado porque era el objeto más pesado que habían intentado hacer aterrizar”. Así fue que la NASA contactó a Heathcoat para encontrar una solución.

La solución de Heathcoat fue diseñar una tela completamente nueva, conforme a las especificaciones tan particulares de la misión. “Hay que empezar por la mejor materia prima y optimizar cada parte del proceso porque todo reduce su resistencia. Cuando le das vueltas, se pierde parte de la resistencia, cuando la tejes, cuando la acabas. Nos dieron 12 meses para terminarla entre 2016 y 2017, pero lo logramos y con mención honorífica”.

Entonces, ¿en qué consiste exactamente esta tela? Los detalles específicos siguen siendo un secreto bien guardado, pero Peter reveló que se trata de “Nylon 66 de alta gama y tenacidad con todos los aditivos correctos para el desgaste por calor y resistencia a los rayos UV”. Y la tela de tu paracaídas – si viene de Heathcoat – también se fabrica en las mismas máquinas.

Una vez aprobada, la tela Heathcoat se envió a Estados Unidos donde se cortó y se armó el paracaídas. Pero la relación emocional de Heathcoat con la misión a Marte no terminó ahí. Al igual que millones de personas, Peter sufrió los “siete minutos de terror” entre la entrada de Perseverance a la atmósfera marciana y el eventual aterrizaje seguro.

“Sin lugar a dudas, le ganamos a las especificaciones y se probó muchas veces, por lo que estaba muy confiado en la tela… hasta los últimos siete minutos”, dice Peter. “Y después me sentí como los demás. Cuando oí que se abrió el paracaídas, me calmé y cuando aterrizó, sentí el alivio más grande el mundo. Hay tantas cosas que pudieron haber salido mal y cualquiera podría haberlo arruinado todo.

“Pero todo salió perfecto y ya estamos planificando otras misiones. La tela que desarrollamos podría funcionar para misiones más pesadas en el futuro, pero también hemos desarrollado 12 telas diferentes para probarlas tomando esto en cuenta… También estamos desarrollando la tela que se usará en la misión ExoMars [2022]”.

Espíritu pionero

Mientras que Perseverance hace su trabajo, con la esperanza de encontrar evidencias de vida extraterrestre, la tela de Heathcoat reposa en la superficie de Marte con el atrevido mensaje de esperanza en el paracaídas. 

“A uno de estos tres chicos que conocí en la feria en 2015 se le ocurrió el mensaje”, cuenta Peter. “No sabía nada al respecto. Apenas aparecieron las fotos, llamé a la gente de Airborne Systems y les pregunté de qué se trataba y me dijeron, ‘Es un código. Tendrás que descifrarlo tú mismo’.

“De hecho, me sorprendió que el equipo lo haya hecho. Generalmente se equilibraría todo… pero debido al mensaje codificado, la canopia no estaba para nada equilibrada [por los paneles disparejos naranja y blanco]. Lo único que se me ocurre es que pensaron que era tan seguro que no se preocuparon al respecto”.

De cualquier forma, Heathcoat, la Nasa y todos los involucrados se atrevieron a hacer algo grande y lo lograron. Es una lección para todos y una prueba de los procesos extraordinarios detrás de las telas que hacen posible nuestro deporte pionero. 

mars.nasa.gov, heathcoat.co.uk

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