Con tantos vuelos largos que se hicieron en Europa en primavera y la tendencia general de la gran cantidad de vuelos en los Alpes que colapsan el ancho de banda del XContest, puedes haberte perdido algunos vuelos interesantes que se han hecho del otro lado del charco en el oeste de Estados Unidos y Canadá. Y no solo este año. El momento, el hambre colectiva y las ganas de ir más lejos ha estado creciendo y hay docenas de pilotos relativamente nuevos en el tema desde Nuevo México hasta Alaska que han estado volando rutas espantosamente inspiradoras y comprometedoras.
El alardeado triángulo FAI de 300km sigue escapándose (pero es posible) en esta zona por el relieve, pero cuando combinas un despegue temprano, térmicas rompetímpanos del doble de cualquier cosa que he girado en Europa con techos de 3000m o más sobre el suelo, vemos rutas impresionantes, por lo general en zonas deshabitadas. Los que vivimos y volamos en el oeste de Estados Unidos y Canadá, estamos sentados sobre una mina de oro de grandes distancias.
En junio del año pasado, mi récord de despegue a pie de 387km de 2013 desde mi hogar en Sun Valley fue triturado por Sebastien Kayrouz cuando despegó desde una colinita en el sur de Texas y voló 507km dentro de una convergencia que se extendía desde Corpus Christi en la frontera con México hasta el norte de Kansas (más de 1500km). Más tarde, este mismo año, mi compañero de equipo Cody Mittanck voló 431km desde Lab por el desierto de Wyoming y casi aterrizó en Colorado, para un nuevo récord estatal. En primavera, Bill Belcourt usó el mismo despegue y voló 322km a principios de mayo, un despegue que no usamos sino hasta mediados de agosto (¡imagínate volar a 5200m en mayo!). Estos vuelos hipóxicos de ida por tierra de nadie son geniales, pero es el potencial de los triángulos es lo que hace que muchos miremos los mapas y las previsiones.
En primavera, mi asistente de la X-Alps, Reavis Sutphin-Gray me mandó un archivo KLM de Google Earth con despegues potenciales en el norte de Nevada. Había estado estudiado esta vasta zona (casi del tamaño de España) varios años después de haber hecho 300km varias veces desde el famoso Walt’s point y haberse quedado sin relieve y se preguntó si no había otra zona con más potencial. Empezamos a ver patrones de clima e imaginar qué encontraríamos si nos esforzábamos en explorar las zonas baldías de Nevada y lo intentábamos.
Lo que hallamos fue impresionante, pero no somos los primeros. Los pilotos de ala delta vieron el mismo potencial en la década de 1980, pero entre ese entonces y ahora solo sabemos de pocos intentos de volar grandes distancias, sin duda por la logística colosal con carreteras difíciles o caminatas bajo el calor del desierto.
Reavis puso anuncios en los postes de teléfono ofreciendo buena paga a conductores en pueblitos mineros por lo que parece desde el aire una vastedad inaccesible. Puras montañas escuetas, minas enormes de oro a cielo abierto, artemisa, una que otra carretera de tierra resplandeciente por el calor y valles amplios blancuzcos que generan líneas de remolinos que salen disparados como serpientes enfurecidas cientos de metros hacia arriba.
En uno de los primeros intentos en esta “nueva” zona, Josh Cohn rompió el récord de Nevada con un monstruoso vuelo de 342km. Mi primer vuelo con Reavis y otros pilotos unos días después terminó en un triángulo FAI no planificado de 144km. ¡La parte más difícil del vuelo fue permanecer por debajo del espacio aéreo a 5.486m!
Al día siguiente, desde un despegue que hasta donde sabemos nunca se ha usado, simplemente seguimos las nubes y terminamos cerrando un triángulo FAI de 185km. Lejos de las distancias que se vuelan regularmente en los Alpes, pero lo hicimos sin planificar y solo volamos mientras disfrutábamos la vista. ¿Que podríamos haber hecho con un plan bien ejecutado?
Mientras tanto, en Columbia Británica y el oeste de Washington, un grupo pequeño de pilotos muy talentosos llevaron el térmico “tierra de tigres” a otro nivel e hicieron triángulos enormes por una de las zonas más impresionantes (y sin recogida) del mundo. Igor Tolsky hizo dos triángulos de 238km en tres días en el valle de Pemberton (¡imagínate glaciares, ríos profundos y mares de árboles enormes!) en 2018. Mientras tanto, del otro lado de la frontera en Washington, en el famoso Chelan no solo se vuelan distancias libres. Marty Devieti hizo un triángulo plano de 280km y con frecuencia se hacen docenas de triángulos FAI en lugares más remotos en las Cascadas, donde aterrizar implica caminatas épicas entre arbustos.
De vuelta en Sun Valley, Matt Beechinor hizo un triángulo de 235km en 2014 (antes de que el XContest diera el bono de 1,6 puntos por cerrar triángulos) y sigue siendo el triángulo FAI más largo en Norteamérica con 375 puntos.
No hay estaciones de trenes, paradas de autobuses, autopistas ni Uber que faciliten las cosas. Despegas y estás solo. Hay que comprometerse, pero las aventuras son maravillosas.
¡Nos encantaría un poco de compañía!