Once personas fallecieron cuando se desprendió un bloque enorme del glaciar Marmolada y colapsó hacia el valle de Fassa el 3 de julio de este año. Por ser domingo en la tarde, había bastantes senderistas en la montaña y las autoridades usaron los autos “sin dueño” en los estacionamientos cercanos para identificar a las personas desaparecidas la semana siguiente.
Incidentes como este se harán cada vez más comunes, advierte Jonathan Bussard, piloto de parapente e investigador en la Universidad de Lausana, que estudia el impacto del clima y paisajes montañosos cambiantes en las actividades recreativas.
“Fue un verano muy seco, no nevó mucho. La nieve protege al hielo del calor del verano y generalmente no se derrite y expone al hielo hasta mediados de agosto. Pero también ha sido un verano muy caluroso en los Alpes”.
¿Por qué colapsó?
Sin duda alguna, existe una combinación de factores que influyeron en el colapso del glaciar, que ha sido un objetivo para los pilotos que vuelan en las Dolomitas: remontar las paredes verticales y aterrizar en la cumbre a 3343m es una ambición para muchos.
Los glaciares de altura como este tienden a estar en una topografía más inclinada y se sabe que son precarios durante la temporada de deshielo. El agua de deshielo en la superficie encuentra su camino por las grietas y las agranda por lo que pueden debilitar la integridad de porciones enteras del glaciar.
A medida que el agua penetra hasta el núcleo del glaciar, puede volver a congelarse, pero al hacerlo calienta el hielo que lo rodea. A pesar de que el núcleo no se derrite en este proceso, se debilita y a su vez se debilita la integridad del glaciar. Los escaladores en el Marmolada habían dicho haber escuchado agua fluyendo debajo de la superficie antes del colapso.
Los glaciares se mueven constantemente ladera abajo y en climas templados como en los Alpes, la roca no está congelada, por lo que no sostiene el glaciar. Se mueven más rápido en verano cuando la roca está más caliente y se ralentizan en invierno. Se asume que algunos o todos estos factores contribuyeron con el colapso.
“El colapso de los glaciares es un proceso natural, pero el cambio climático está aumentando la frecuencia”, dice Jonathan. “Las condiciones fueron muy particulares este año, pero serán comunes en 20 años”.
El futuro
En los próximos 20 años, Jonathan hace tres predicciones del impacto del cambio climático para los pilotos en los Alpes. “El ambiente de alta montaña se hará cada vez más peligroso por la degradación del permafrost”.
Por encima de los 2500m, el relieve que está congelado permanentemente en la actualidad, “será más frágil e inestable y veremos más derrumbes”. Ya afecta la estética de los glaciares: la mayor cantidad de sedimento que cae desde arriba hace que los glaciares se vean sucios en comparación con el aspecto blanco inmaculado de otras décadas.
Segundo, dice Jonathan, “Las condiciones de vuelo seguro cambiarán. Habrá más calor y más térmicas que suban más alto. Parece positivo, pero también es peligroso.
“A baja y mediana altura, habrá menos nieve, por lo que la temporada de vuelo de primavera y otoño será más larga en los Alpes”.
Una investigación de la Universidad de Lausana publicada en la revista Science, usó imágenes satelitales para demostrar que la línea de los árboles ha remontado 80% en los Alpes desde la década de 1980. Jonathan predice que veremos más reforestación natural a medida que la línea de los árboles ascienda más, pero también habrá reforestación a mediana y baja altura cuando el bosque reemplace los terrenos despejados.
“Ya ha sucedido en Italia y a menor escala, en Suiza, en los últimos 50 años, donde no hay leyes para mitigar la reducción de terrenos despejados”. Es un problema para la agricultura de montaña, porque se reduce el terreno de pastoreo y da pie al crecimiento de plantas invasivas y nuevas especies. Para los pilotos, podría significar menos despegues y aterrizajes.
A medida que el clima calienta los sistemas meteorológicos, que habían sido relativamente predecibles en climas templados como el de los Alpes, se espera que traigan más extremos. Jonathan advierte que es incorrecto asumir que este sea el año de no retorno. “Existe una media de nieve en el invierno y de calor en verano, y hay una variación en esa media. No sería correcto asumir que este año es el inicio de una nueva normalidad. Pero debemos estar preparados para ver estos eventos con más frecuencia en los próximos años” Entrevista: Andy Pag