Mi padre me llevaba a volar en biplaza cuando era pequeño, normalmente en otoño, cuando íbamos a Saint André-les-Alpes. Cuando tenía 14 años, pasaba las tardes practicando en tierra.
Al principio, mis padres estaban reacios a que volara, pero a los 18 años, en 2017, aprendí en la escuela Pegase & Particule, en Allevard. Lo que más me atrajo de aprender a volar fue lo fácil que es recorrer largas distancias en las montañas y el placer de descubrir lugares desde las alturas.
Al principio, mi padre fue mi mayor influencia. Mis primeros vuelos los hice con él. Luego fue con mis amigos de Annecy, que vuelan a un nivel similar al mío.
También me gustan otros deportes: esquiar, escalar, montañismo y el ciclismo enduro de montaña.
Mi ala de escuela era una Advance Alpha 6. Después volaba con el ala ligera de mi papá, una Ozone Ultralite 1. Mi primera ala de verdad fue una Sky Atis 2. Hice mis primeros 100km con ella. En ella también tuve mis primeros colapsos, pero reaccionaba bien. En ella me sentía seguro.
Este año conseguí una Niviuk Icepeak X-One. Cambié a Niviuk luego de probar una Peak 5. Me gustó el pilotaje y el control con las bandas traseras. La X-One es la única CCC que he probado en mi vida, pero me encanta. No veo razón para cambiar.
He volado una cantidad de alas distintas: Alpha 6, Ultralite 1, Atis 2, Chili 3, Spice 1, King 1, Peak 5 y X-One. También hice vuelos de prueba en una Skywalk Poison X-Alps, una Zeno y en una Queen 2.
Mi arnés es un Kortel Kanibal Race 2. Lo elegí por su comodidad, por como se maneja en el aire y su rendimiento.
Creo que mi avance en este deporte se nutrió mucho de los vuelos en grupo. Volar siempre con pilotos de mi nivel o superiores ha contribuido mucho con mi desarrollo. Soy miembro de la Liga Auvergne-Rhône-Alpes. Es un muy buen grupo de pilotos y me he beneficiado de los consejos y de la logística.
Me encanta volar tan lejos como pueda y encontrar condiciones diferentes, como convergencia o bases de nube altas. Nunca es igual. Creo que estamos muy lejos de alcanzar los límites de lo posible.
En cuanto a planificación, tengo dos enfoques diferentes: a veces, si un amigo sugiere un vuelo, con gusto dejo que se encargue de la planificación y el análisis, para luego ir y volar. El resto de las veces, observo el pronóstico del tiempo casi todos los días y trato de ver qué áreas tienen el mayor potencial para XC.
Luego busco el despegue que me permita despegar más temprano. Por lo general tengo unas diez pestañas abiertas en mi ordenador con vuelos largos y optimistas planificados desde despegues diferentes. Dependiendo de las condiciones del día, los uso como guías para definir a qué hora podríamos estar en cada baliza.
¿Mi momento de vuelo más memorable? Nunca olvido el final de un vuelo largo. Como el año pasado, cuando regresaba a casa de Barcelonette con los amigos al atardecer.
Si estuviera comenzando ahora, lo que haría diferente sería escuchar más lo que dicen los pilotos experimentados, ¡Jajaja!
El año que viene me encantaría participar en Copas del Mundo en lugares con los que he soñado. También espero poder volar grandes XC en los Alpes franceses y tratar de volar en Italia, Suiza y Austria.
Justin Puthod fue segundo en la PWC de Rumania y ganó el XContest el 14 de julio, con un triángulo plano de 340km en los Alpes franceses.