El festival de vuelo libre alimentado por Chartreuse al norte de Grenoble fue más pequeño este año pero igual de divertido. Ed Ewing reporta
Tras un año de ausencia debido a la pandemia, la Coupe Icare estuvo de regreso de forma dramática. A pesar de todo, y frente a las nuevas reglas francesas que exigían una prueba Covid o vacunación completa para entrar, el espíritu de la Coupe Icare voló de todas formas sobre las montañas de la Chartreuse.
Sí, fue más pequeña pero gracias a ello fue más fácil navegar, reunirse con la gente y volar. En lugar de horarios restringidos para volar, los pilotos podían despegar y aterrizar cuando quisieran y aprovechar las ventanas de buen clima cuando aparecían.
No hubo exhibiciones formales de vuelo ni tampoco concurso de disfraces, que es lo que atrae a miles de personas. Pero para los pilotos que querían encontrarse con amigos y dar una vuelta por la feria, no pudo ser mejor.
De acuerdo, el clima no siempre cooperó, sobretodo para el festival de pruebas de alas de dos días en el que prácticamente llovió todo el día el segundo día, pero ello no le impidió a la gente pasarla bien. Según los organizadores, asistieron unas 20.000 personas durante los seis días y la mayoría vino el fin de semana.
Unas 3000 personas asistieron al festival de video en el que se mostraron 28 películas acumuladas de dos años. Benjamin Jordan ganó el primer premio, el Icare d’Or por su película The Endless Chain. Tuvimos el honor de que Ben nos pidiera recibir el premio en caso de que ganara.
También tuvimos el honor de ayudarle a ventilar la botella de Chartreuse que se ganó; no podíamos enviarla por correo hasta Canadá, ¿cierto? Esta bebida espirituosa verde está hecha de plantas que crecen en las montañas de estos lados de los Alpes franceses. Fue desarrollada por los monjes cartujos en 1764 (según la leyenda) y con 55% de alcohol, no debe consumirse a la ligera, al menos eso intentamos.
El mejor momento para muchos pilotos fue la caminata a la cima de Dent de Crolles el sábado, la montaña escarpada que se alza abruptamente detrás de la zona del festival. La caminata dura hora y media y se pasa rápidamente por el bosque hacia las laderas más altas. De ahí, se sube por los riscos sombreados del terreno que se hace más empinado hasta que emerges a la meseta de la cumbre bajo el sol.
Los pilotos despegaban con cero viento antes de las 9am mientras se dispersaban las nubes en el valle.
“¿Cuál es el plan, Joanna?”, le preguntamos a Joanna Di Grígoli mientras se preparaba para despegar desde las laderas más llanas del lado norte.
“Si no hay globos, aterrizamos en el pueblo. Si hay globos, volamos hasta abajo”, respondió con decisión. Una vez pasado el plan de vuelo, despegamos uno detrás del otro y salimos a volar rápidamente. Después de hacer un giro a la derecha por una hendidura en el terreno, salimos sobre los acantilados del sureste de la montaña. El relieve abrupto que brillaba dorado bajo el sol de la mañana nos dejó sin aliento – el valle de Grenoble estaba 1700m más abajo.
Y sí, ¡había globos aerostáticos!
La última (y única) vez que intenté volar con los globos en la Coupe Icare, había tanta gente en el despegue que deben haber habido 100 pilotos por delante y cerraron la ventana antes que los que estaban atrás llegaran a la alfombra. Esta vez, en esta Coupe Icare solo para pilotos, tuvimos el cielo para nosotros.
¿Qué es lo más inesperado acerca de volar cerca de los globos? Que puedes oír el rugido del gas cuando activan el quemador y suben mientras vuelas alrededor de ellos. Es como estar junto a un dragón bonachón.
“¡Ha sido uno de los tres mejores vuelos de mi vida!”, dijo Joanna eufórica mientras chocábamos las manos en el aterrizaje. Eso dice bastante.
En la feria, había buenas y malas noticias. La buena noticia es que no había presión. En años recientes, la Coupe Icare se había convertido en el momento para hacer grandes revelaciones y en el que los fabricantes anunciaban su B alta, arnés o ala de paramontañismo más reciente. Este año, había menos de eso.
Las malas noticias es que muchas de las conversaciones eran acerca de abastecimiento. Las fábricas en Vietnam y China han estado afectadas por cierres relacionados con la pandemia y los costos de envío desde Asia han aumentado hasta diez veces. El resultado es que los principales fabricantes no pueden satisfacer la demanda. La fábrica de Ozone funciona a 30% de su capacidad y esto ha generado retrasos de cinco meses en las alas nuevas. “Estamos siendo transparentes al respecto”, dijo el gerente general de Ozone, JC Skiera.
Mientras tanto Porcher, uno de los principales fabricantes de telas de parapente, fabrica en Francia pero tuvo que fabricar EPI durante la pandemia por solicitud del gobierno francés. El resultado es que ahora tienen una fila kilométrica de pedidos.
La combinación significa que en líneas generales, las líneas de aprovisionamiento son lentas y se han suspendido los anuncios de nuevos productos “hasta principios de 2022”. Las marcas que producen en Europa han estado menos afectadas.
La buena noticia es que el vuelo libre está en auge. La tendencia sigue siendo equipos ligeros y diseños ingeniosos que pueden funcionar con otros deportes. Ya sea un arnés ultraligero para correr con lo último en alas ligeras o protecciones dorsales inflables para arneses abiertos, la innovación sigue.
“Ya no solo se trata de volar. Los pilotos quieren hacer deporte – caminar, correr, irse de aventura y después, volar”, dijo Arne Wehrlin de Skywalk. “Nos inspira a todos a hacer más”.